De la antigua alcoholera a Bodegas Fábregas
El edificio que actualmente alberga la bodega data de la década de 1920 y es la antigua alcoholera de Barbastro. Su historia se cruza con el apellido Fábregas cuando en 1960, el abuelo José María lo compra para trasladar la empresa desde la calle Graus al Campo San Juan. Con las nuevas instalaciones, la familia apuesta por la elaboración de vinos propios complementando así la actividad comercial que principalmente habían desarrollado las generaciones anteriores.
El conjunto destaca sobre todo por la gran torre que se eleva por encima de las naves de elaboración y que funcionaba como alambique de destilación en los tiempos en los que se producía únicamente alcohol. Además de la torre, siguen recordándonos aquella actividad los briseros subterráneos, es decir, los depósitos de hormigón donde se almacenaban los hollejos que posteriormente se destilaban para obtener el alcohol.
Hoy en día están vacíos y se pueden visitar porque los utilizamos como sala de barricas, ya que mantienen de forma natural las condiciones de temperatura, oscuridad y humedad que necesita el vino para su perfecta crianza.
El poso
Por todo ello, somos conscientes de la responsabilidad que supone trabajar en un edificio que durante varias generaciones ha sido testigo y protagonista de tantas historias relacionadas con el vino de Barbastro. Un edificio reformado pero repleto de pequeños rincones y detalles que nos recuerdan que allí dentro siempre se han trabajado las uvas. Es algo que nos enorgullece y anima a mantener viva la esencia del Somontano.