Los tiempos dorados
El Moristel fue durante siglos la uva autóctona de referencia en el Somontano. Era una de las más extendidas en el territorio y la más apreciada por los viticultores por ser una variedad muy bien adaptada a nuestras condiciones naturales al pie de los Pirineos: terrenos pobres, sequía y maduración tardía. En la actualidad, representa menos del 2% de la superficie del viñedo de Somontano.
El descubrimiento que lo cambió todo y el retorno de la uva Moristel
En Bodegas Fábregas, el enólogo Gonzalo Alcalde Fábregas tenía un sueño desde que inició su andadura en la bodega: recuperar los antiguos vinos que ya elaboraban las generaciones anteriores con uva Moristel. Tras una ardua labor de búsqueda y selección de viñedos, fue finalmente en la vendimia 2016 cuando consiguió el viñedo que estaba buscando: cepas viejas con más de 50 años plantadas en un terreno pobre. Por tanto, la vendimia 2016 supuso el retorno de la uva Moristel a Bodegas Fábregas 32 años después de la última elaboración, que por aquel entonces salía al mercado bajo el nombre “Tinto Morastel”.
Pasear hoy en día por este viñedo de Moristel es un auténtico privilegio, como una máquina del tiempo que nos traslada al Somontano de hace más de 60 años. Nuestros viñedos viejos de Moristel están bien enraizados en el terreno para expresar al máximo las características de su suelo y así sus uvas se impregnan de todos los aromas del monte que les rodea.
Beber Fábregas Moristel es un recorrido gustativo por el monte del Somontano, donde podemos encontrar toques salvajes de tomillo, romero, manzanilla o membrillo. Son vinos versátiles y apreciados en la gastronomía por ser ligeros y de gran frescura. Apto tanto maridajes de cocina tradicional (chiretas, guisos de conejo, ternasco, legumbres)
como de la alta cocina, donde se transforma para potenciar la paleta de aromas y sabores.
Perspectivas de futuro
En Bodegas Fábregas estamos desarrollando un proyecto de campo alrededor del Moristel llegando a acuerdos con viticultores heroicos que han sabido conservar esta variedad realizando nuevas plantaciones con una selección esmerada del material vegetal. Creemos en el Moristel como la variedad reina del Somontano ya que está perfectamente adaptada a nuestras condiciones y nos hace únicos en el mundo.